Jesús le dijo a San Mateo, un recaudador de impuestos judío, «Sígueme». Estas dos palabras fueron suficientes para cambiar la vida de Mateo para siempre. En ese momento, Mateo dejó su trabajo y se convirtió en uno de los discípulos más cercanos de Jesús. Esta llamada de Jesús a Mateo nos muestra su amor incondicional y su capacidad para ver más allá de los errores y pecados de las personas. Jesús eligió a Mateo, a pesar de su profesión impopular y su reputación, para ser parte de su misión de enseñar, curar y salvar al mundo.
Después de seguir a Jesús, Mateo organizó un banquete en su casa y invitó a sus amigos recaudadores de impuestos y otros pecadores. Al enterarse de esto, los fariseos y los escribas cuestionaron a Jesús sobre su elección de compañía. Jesús respondió, «No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores al arrepentimiento». Con estas palabras, Jesús dejó claro que su mensaje de salvación no estaba reservado solo para aquellos que se consideraban justos o religiosos. Él vino a buscar y salvar a aquellos que estaban perdidos en el pecado. Esta enseñanza de Jesús nos muestra su compasión y su deseo de ofrecer una oportunidad de redención a todos, sin importar su pasado o condición.
¿Qué le dijo Jesús a Mateo?
Según los relatos bíblicos, Jesús tuvo un encuentro significativo con Mateo, quien en ese entonces era un recaudador de impuestos. Mateo era considerado un pecador y despreciado por la sociedad, pero Jesús decidió acercarse a él y cambiar su vida para siempre.
En el Evangelio de Mateo, se relata que Jesús vio a Mateo sentado en su puesto de recaudación de impuestos y le dijo: «Sígueme». Estas dos palabras simples, pero poderosas, marcaron el comienzo de una nueva vida para Mateo.
En ese momento, Mateo se levantó de su lugar y siguió a Jesús sin vacilar. No se sabe exactamente qué pensó Mateo en ese momento, pero se puede imaginar que se sintió sorprendido, abrumado y quizás incluso incrédulo ante la idea de que alguien como Jesús, un hombre de gran sabiduría y poder, le hubiera elegido a él, un hombre pecador.
A medida que Mateo comenzó a seguir a Jesús, pudo presenciar y experimentar de primera mano los milagros, enseñanzas y el amor incondicional de Jesús hacia todos. Jesús no solo le mostró a Mateo un nuevo camino de vida, sino que también le dio un propósito más elevado: convertirse en uno de sus discípulos y difundir la palabra de Dios.
A lo largo de su tiempo junto a Jesús, Mateo aprendió valiosas lecciones sobre la fe, la humildad y el amor hacia los demás. A través de las enseñanzas de Jesús, Mateo comprendió que todos somos pecadores y que solo a través del arrepentimiento y la fe en Dios podemos encontrar la redención y la vida eterna.
Después de la crucifixión y resurrección de Jesús, Mateo se convirtió en uno de los apóstoles más importantes y desempeñó un papel fundamental en la propagación del cristianismo. Se cree que escribió el Evangelio de Mateo, uno de los cuatro evangelios que se encuentran en el Nuevo Testamento, donde registró las enseñanzas y los eventos de la vida de Jesús.
¿Cuál es el mensaje central del evangelio de Mateo?
El mensaje central del evangelio de Mateo se puede resumir en la invitación de Jesús a sus seguidores a vivir una vida de fe y obediencia a Dios. A través del relato de la vida, enseñanzas y obras de Jesús, Mateo transmite el mensaje de que Jesús es el Mesías prometido, el Hijo de Dios, y aquel que trae salvación y redención a la humanidad.
El evangelio de Mateo comienza con el relato del nacimiento de Jesús y su genealogía, destacando su linaje real como descendiente de David. A lo largo del texto, Mateo presenta a Jesús como el cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento, demostrando que él es el esperado Mesías prometido.
El mensaje central del evangelio se enfoca en la enseñanza de Jesús acerca del Reino de los Cielos. Jesús invita a sus seguidores a arrepentirse de sus pecados y creer en él como el único camino hacia la vida eterna. En el Sermón del Monte, Jesús proporciona enseñanzas prácticas sobre cómo vivir una vida justa y amorosa, y desafía a sus seguidores a ser sal y luz en el mundo.
Además, Mateo destaca la autoridad de Jesús como maestro y sanador. A través de sus milagros y enseñanzas, Jesús demuestra su poder sobre la enfermedad, el pecado y la muerte. El evangelio enfatiza la importancia de la fe en Jesús como la fuente de sanidad y liberación espiritual.
En cuanto a la relación entre Jesús y San Mateo, el evangelio de Mateo relata el encuentro inicial entre ambos. Mateo, un recaudador de impuestos, es llamado por Jesús para seguirlo y convertirse en uno de sus discípulos. Este encuentro es un ejemplo del amor y la gracia de Jesús, quien elige a alguien considerado pecador y marginado por la sociedad judía.
¿Cuál fue el llamamiento de Mateo?
El llamamiento de Mateo es un episodio bíblico que se relata en el Evangelio de Mateo, donde Jesús elige a Mateo, también conocido como Levi, para ser uno de sus discípulos.
Mateo era un recaudador de impuestos, un oficio despreciado y considerado deshonesto en la sociedad judía de la época. Sin embargo, Jesús no se dejó llevar por los prejuicios y vio en Mateo a alguien que podría seguirle y ser transformado por su enseñanza.
En el Evangelio de Mateo, se narra que Jesús pasaba por la aduana donde Mateo recaudaba los impuestos y le dijo: «Sígueme». Mateo, sorprendido por esta invitación, dejó inmediatamente su lugar de trabajo y siguió a Jesús.
Este llamamiento de Jesús a Mateo es un ejemplo de la capacidad de Jesús para ver más allá de las apariencias y para dar oportunidades de redención y transformación a personas que la sociedad rechaza. A través de su llamamiento, Jesús muestra su amor y su deseo de incluir a todos en su reino, sin importar su pasado o su posición social.
El hecho de que Mateo haya dejado su trabajo y haya seguido a Jesús demuestra la importancia y la urgencia del llamamiento de Jesús. Mateo reconoció la importancia de seguir a Jesús y de abandonar su antigua vida para embarcarse en una nueva vida llena de fe y compromiso.
Después de su llamamiento, Mateo se convirtió en uno de los doce apóstoles de Jesús y desempeñó un papel fundamental en la difusión del mensaje de Jesús. Además, Mateo escribió el Evangelio que lleva su nombre, donde registra la vida y enseñanzas de Jesús.
En conclusión, la narrativa bíblica nos revela un encuentro único e impactante entre Jesús y San Mateo. A pesar de la reputación pecaminosa del recaudador de impuestos, Jesús vio más allá de sus errores y debilidades, eligiéndolo como uno de sus discípulos. Esta elección dio lugar a una transformación profunda en la vida de San Mateo, quien dejó su antigua forma de vida y siguió a Jesús con devoción.
En su llamado, Jesús no solo invitó a San Mateo a dejar su trabajo y seguirlo, sino que también le recordó que su misericordia y amor no conocen límites. Al decir «Sígueme», Jesús le mostró a San Mateo que no importa cuán pecador o indigno se sienta, siempre hay una oportunidad de redención y de tener una relación íntima con Dios.
La respuesta de San Mateo a la llamada de Jesús fue inmediata y decidida. Dejando todo atrás, se convirtió en un testigo fiel de la enseñanza y los milagros de Jesús, y más tarde escribió uno de los evangelios que lleva su nombre. A través de su testimonio, San Mateo nos muestra que todos tenemos la capacidad de cambiar y de experimentar la gracia y el perdón de Dios, sin importar nuestro pasado o nuestras circunstancias.
En resumen, el encuentro entre Jesús y San Mateo es un poderoso recordatorio de que la gracia divina no tiene límites. Jesús vio a través de la aparente indiferencia y pecado de San Mateo, y lo llamó a una vida transformada y significativa. Esta historia nos inspira a todos a buscar esa misma relación profunda con Jesús, sabiendo que su amor y misericordia siempre están disponibles para nosotros, sin importar quiénes seamos o qué hayamos hecho.
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