Uno de los apóstoles que estuvo cerca de María fue Juan, también conocido como el discípulo amado. Según los evangelios, Juan fue testigo de numerosos eventos importantes en la vida de Jesús, incluyendo su crucifixión y resurrección. Durante la crucifixión, Jesús confió a Juan el cuidado de su madre, María, y le pidió que la considerara como su propia madre. Juan cumplió con esta solicitud y cuidó de María hasta el final de sus días. La relación cercana entre Juan y María muestra la importancia que se le dio a la familia y la importancia de cuidar y honrar a los seres queridos, incluso en momentos difíciles.
Otro apóstol que estuvo con María fue Pedro, considerado uno de los líderes de los doce apóstoles. Aunque no se menciona tanto su relación con María en los evangelios, se cree que Pedro también estuvo cerca de ella y la respetó como madre de Jesús. Pedro fue uno de los discípulos más activos y comprometidos en la predicación del evangelio, y su cercanía con María pudo haberle brindado un profundo entendimiento y aprecio por la importancia de la maternidad y la familia en el plan de Dios. La presencia de Pedro junto a María demuestra la importancia de la comunidad y la solidaridad entre creyentes, así como el papel central que María desempeñó en la vida de la iglesia primitiva.
¿Quién era el apóstol que estaba con María?
El apóstol que estuvo con María es conocido como Juan, el discípulo amado. Juan era uno de los doce apóstoles elegidos por Jesús y se le menciona en varias ocasiones en los evangelios como alguien cercano a Jesús y a su madre, María.
Según los relatos bíblicos, Juan fue testigo de numerosos momentos importantes en la vida de Jesús, como la última cena, la crucifixión y la resurrección. En particular, se destaca su presencia en el Calvario, donde Jesús encomendó a María a los cuidados de Juan antes de morir en la cruz. En ese momento, Jesús le dijo a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo», refiriéndose a Juan, y a Juan le dijo: «Ahí tienes a tu madre».
Este pasaje bíblico ha llevado a la tradición cristiana a considerar a Juan como el apóstol que estuvo más cerca de María durante su vida y después de la muerte de Jesús. Se cree que Juan acogió a María en su hogar y la cuidó como si fuera su propia madre, cumpliendo así con la petición de Jesús en la cruz.
La relación cercana entre María y Juan puede ser interpretada como un símbolo de la importancia de María en la vida de la Iglesia y en la salvación de la humanidad. Además, se dice que Juan fue el único apóstol que estuvo presente en la crucifixión, lo que demuestra su valentía y su fidelidad hacia Jesús y su madre.
¿Quién acompaña a María en la muerte de Jesús?
En los relatos bíblicos sobre la muerte de Jesús, se menciona que María, la madre de Jesús, estuvo presente en la crucifixión de su hijo. Según el Evangelio de Juan, María estaba junto a la cruz junto a otras mujeres, mientras Jesús sufría y finalmente fallecía.
Sin embargo, en cuanto a los apóstoles, no se menciona específicamente que alguno de ellos estuviera presente junto a María en ese momento. Los evangelios no proporcionan una lista exhaustiva de quiénes estaban presentes en la crucifixión, pero sí mencionan a un grupo de mujeres que permanecieron junto a María durante este difícil momento.
El Evangelio de Juan menciona a María, la madre de Jesús, así como a María Magdalena y María, la esposa de Cleofás, junto a la cruz. Además, Lucas también menciona a un grupo de mujeres, entre las que se encuentran María Magdalena, María, la madre de Santiago el Menor, y Juana, la esposa de Chuza, administrador de Herodes.
Aunque los apóstoles no son mencionados específicamente en este contexto, es posible que algunos de ellos pudieran haber estado presentes pero no fueron mencionados en los relatos. Incluso podría ser que algunos apóstoles, como Juan, estuvieran cerca pero no se mencionaran explícitamente en los textos.
En cualquier caso, es evidente que María no estuvo sola en la muerte de Jesús. Estas mujeres, que eran seguidoras y discípulas de Jesús, permanecieron junto a María en su dolor y compartieron su angustia mientras Jesús sufría en la cruz. Su presencia muestra un acto de apoyo y amor hacia María en uno de los momentos más difíciles de su vida.
¿Quién fue el apóstol que no conocio a Jesús?
El apóstol que no conoció a Jesús fue Judas Iscariote. A diferencia de los otros discípulos, Judas no fue uno de los seguidores originales de Jesús durante su ministerio terrenal. Judas se unió al grupo de los doce apóstoles después de ser seleccionado por Jesús para formar parte de su círculo íntimo.
Judas Iscariote se convirtió en uno de los discípulos más cercanos a Jesús y estuvo presente en muchos de sus momentos importantes. Sin embargo, a pesar de haber estado con Jesús durante su ministerio público, Judas nunca llegó a conocer verdaderamente a Jesús en un nivel espiritual y personal. Aunque físicamente estaba junto a Jesús, su corazón y sus intenciones estaban lejos de ser sinceras y puras.
A pesar de su posición privilegiada como apóstol, Judas se dejó llevar por la avaricia y la traición. Fue él quien decidió entregar a Jesús a las autoridades religiosas a cambio de treinta piezas de plata. Esta traición culminó con la crucifixión de Jesús y la posterior muerte de Judas, quien se sintió tan culpable por sus acciones que decidió quitarse la vida.
En contraste, el apóstol que estuvo con María, la madre de Jesús, fue Juan. Juan era uno de los discípulos más cercanos a Jesús y estaba presente en muchos momentos importantes de su vida. De hecho, se le describe como «el discípulo a quien Jesús amaba». Juan tenía una relación especial con Jesús y fue testigo de su crucifixión, resurrección y ascensión al cielo.
Además, Juan fue el único apóstol que estuvo presente junto a María en el momento de la crucifixión de Jesús. Jesús le encomendó a Juan el cuidado de su madre, y Juan la acogió en su hogar como si fuera su propia madre. Esta cercanía con María demuestra la importancia que Juan tenía en la vida de Jesús y en su misión.
En conclusión, el apóstol que estuvo cerca y acompañó a María, la madre de Jesús, fue el apóstol Juan. A lo largo de los evangelios, se menciona en varias ocasiones la presencia de Juan junto a María en momentos cruciales de la vida de Jesús. Desde el comienzo, cuando María recibió la noticia del ángel sobre su embarazo, hasta el doloroso momento de la crucifixión de Jesús, Juan estuvo presente, demostrando su profundo amor y respeto por la madre de su maestro. La relación cercana entre María y Juan es un testimonio de la importancia y relevancia que ambos tuvieron en la historia de la salvación. A través de su cercanía y cuidado mutuo, Juan y María representan el vínculo especial entre la maternidad divina y la fraternidad apostólica, uniendo así la fe y el amor en la vida de los creyentes. Con su presencia constante junto a María, Juan nos enseña la importancia de honrar y respetar a la madre de nuestro Salvador, reconociendo su papel fundamental en la historia de la redención.
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