Meses atrás, y coincidiendo con una de mis investigaciones, tuve la fortuna de encontrar –sin proponérmelo- la solicitud que escrita por propia mano de don Luis Díaz Milián, como Fundador y Jefe Honorario, se dirigió al Ayuntamiento molinés el año 1877 por la recientemente formada Compañía de Bomberos. Dicha petición, curiosamente, no se encontraba guardada en el Archivo Histórico de aquella Corporación (que es donde debería haber estado), ni existía tampoco copia alguna en el de la Cofradía Militar del Carmen. Para cualquier mínima referencia acerca de los Bomberos había que acudir al libro que publicó el señor Díaz Milián en el año 1886, y más recientemente al escrito por mí y titulado: Los Caballeros de doña Blanca y la Muy Esclarecida y Antigua Cofradía Orden Militar de Nuestra Señora del Carmen fundada en Molina de Aragón (1286-2011) en sus páginas 145-160. Desconozco, sin embargo, si dichas pretensiones fueron atendidas en aquellos momentos, porque nuestro pueblo se encontraba por entonces oprimido y sumido su Ayuntamiento en el más profundo de los letargos respecto a ciertos adelantos, ciego para desterrar lo inmundo y lo vergonzoso de nuestras calles, inane por entrar siquiera también en la senda de la cultura, o sea, dar un paso hacia la civilización.
Siendo consciente y consecuente con lo que en su momento escribí (págs. 133-134), son estos unos documentos (y así lo vuelvo a expresar de nuevo) que pertenecen a la Cofradía Militar y en su Archivo deben permanecer para su guarda, conservación y custodia, consulta por los estudiosos del tema, y como el medio más adecuado para que puedan llegar a los que nos sucedan en el futuro. Por estos y otros motivos se los hice llegar personalmente al actual Coronel Jefe, don Rafael Sousa Checa: ya he ejecutado el primero de los deseos del anterior poseedor y donante ante mi insistencia; el segundo era darlos a conocer públicamente, y con este artículo he cumplido también la palabra empeñada.
Para conocimiento general, esto dice íntegramente dicho documento:
“Sello 11º, año 1877, Imptº Guerra, 50%, N.4.611.129, Sociedad del Timbre, Guadalajara.
“XXIV. M.I.S.: Don Luis Díaz y Milián, Jefe Honorario y Fundador; D. Gregorio Megino, Capitán; D. Isidoro Ibáñez, Teniente; D, Román del Arpa, Teniente; D. Tiburcio Alonso, Alférez; y D. Juan Antonio Muela, Alférez; de la nueva Compañía titulada de Bomberos de la Muy Esclarecida y Antigua Cofradía Militar de Nuestra Señora del Carmen, por sí y a nombre de los Sargentos, Cabos e Individuos que componen la espresada (sic) Compañía, a V.S.., M.I. Ayuntamiento de esta ciudad de Molina de Aragón, con el debido respeto esponemos (sic):
“Que tanto los que suscriben como aquellos a quienes representan, se propusieron la creación de un Cuerpo de Bomberos con el objeto y fin de ser útiles a sus convecinos en el momento que sus socorros sean necesarios dentro de su Institución, ya sea la desgracia que los llame un incendio ya inundaciones, hundimientos o cualquier otro accidente de los que llevan en pos el desconsuelo y hasta la ruina de las familias. Con el deseo de mejor acierto, M.I. Sr., se pensó unir esta Institución, al crearla, a otra institución religiosa, para que por medio de los lazos de nuestra sacrosanta religión tuviera carácter de perpetuidad y subsistiera aquella mientras esta, pues sabido es lo arraigado que está en el corazón de los hijos de Molina el sentimiento religioso y la veneración con que miran las tradiciones de sus mayores; a este fin,. Y como la Antigua y Esclarecida Hermandad Militar de Nuestra Señora del Carmen es por sus antiguas Ordenanzas y Estatutos la que más puntos de similitud tenía con esta nueva Institución, cuanto por ser su patrona, bajo cuyo amparo y protección nos colocamos todos, Nuestra Excelsa Madre María Santísima del Carmen, determinaron algunos de los que suscriben presentar una proposición a la Junta General de dicha Hermandad, la que tuvo lugar con fecha 29 de julio del presente año, solicitando la admisión con las bases generales que se espusieron (sic), cuya proposición fue tomada en consideración y aprobado el proyecto por unanimidad en dicha Junta General.
“Que esta Institución hacía falta en esta Muy Noble ciudad de Molina, está al alcance de V.S., así como que con sus Constituciones se llena un vacío y se reportan grandes ventajas, pues si bien es cierto que todos y cada uno de los individuos que la componen acudían presurosos allí donde su inteligencia o sus esfuerzos hacían falta, lo verificaban por su sola voluntad, aisladamente y si dirección determinada. Mas en adelante lo harán en cumplimiento de un deber, que contraen gustosos, con la Hermandad cuyo Estandarte han abrazado, con el vecindario en general, y con el M.I. Ayuntamiento de esta Muy Noble ciudad; sujetándose a unas Ordenanzas y Reglamento Especial, que tendrán la honra de presentar a V.S. para su aprobación y lo harán siguiendo en todo las órdenes de sus Jefes.
“Mas para estos servicios, M.I. Sr., se necesitan una bomba, herramientas y útiles indispensables, pues como V.S. comprende, sin aquellas y estos de poco servirían su cooperación y buen celo; para adquirirlas, pues, se necesitan fondos, y de estor carecen estos individuos, que viven de jun jornal diario, y con tanto más motivo cuanto que según un cálculo aproximado del presupuesto de todo ello asciende a más de cuatro mil reales de vellón, o sea, más de mil pesetas; y con el fin de poder adquirir tanto las unas como los otros cuentan con que la Hermandad del Carmen, de las ventajas que les ha dispensado en gracia a tan útil Institución además, contribuirá con aquella cantidad que sus fondos permitan; con lo que voluntariamente den los vecinos y propietarios invitados al efecto, y con la cantidad que el M.I. Ayuntamiento les facilite de sus fondos.
“Ahora bien, por cuanto las Compañías de Bomberos de todas las poblaciones de España, donde se han establecido, dependen de sus respectivos Ayuntamientos, y estos han atendido y atienden a su creación, uniformación y costeamiento de todo cuanto es necesario a este Instituto, poniéndolas bajo su protección, ésta, al ofrecerse ya formada, solicita de V.S. que se digne ponerse al frente y dispensarla toda su moral y material apoyo, contribuir con la cantidad que estime conveniente a fin de poder adquirir las espresadas (sic) bombas, herramientas y útiles más necesarios hoy para esta Institución; y si se toma en consideración, señalar para lo sucesivo en sus presupuestos otra cantidad anual destinada a la reposición y compostura de las que haga y adquisición de otras cuya falta se conociera; destinarles un local para que sirva de depósito a todo lo perteneciente a la Compañía de Bomberos, y permitirles finalmente salir a pedir al vecindario con el objeto de recaudar más fondos para el fin indicado, y encabezar las listas invitatorias con el M.I. Ayuntamiento”.
“Así pues, los que suscriben a V.S. suplican que, enterado de los motivos y fundamentos de la presente solicitud, se servirá apoyar la idea para que se pueda llevar a feliz término la creación de este Instituto, y que de los fondos de tan Ilustre Corporación, ya sea de imprevistos o de cualquiera otro, se les dé la cantidad que crea necesaria a los objetos espresados (sic), así como a todo lo demás espuesto (sic) y solicitado.
“Así lo esperan de la reconocida justificación y celo de V.S. por todo lo que sea y tienda al mejoramiento de la ciudad de Molina.
“Molina de Aragón, a catorce de setiembre de mil ochocientos setenta y siete.
“=Luis Díaz = Isidoro Ibáñez = Román del Arpa = Gregorio Megino = Tiburcio Alonso = Juan Antonio Muela=
“M.I. Ayuntamiento de la ciudad de Molina de Aragón”.

Por haber quedado documentado en la prensa local (Voz de Molina, núm. 49, 28 diciembre 1929, pág. 1ª), voy a dar cuenta de un suceso en el que intervino la Primera Compañía de Bomberos. Durante la madrugada, recién entrado el nuevo día, se declaró un incendio en las oficinas que este Decenario Regional Ilustrado tenía en la Plaza de Gerardo López (hoy Plaza Mayor) núm. 27. “La pronta intervención –dice- de los Bomberos de la Hermandad Militar de Nª Srª del Carmen, que acudió a los pocos minutos de iniciado el fuego con las máquinas, mangaje y demás útiles que para estos casos tiene dispuestos el Ayuntamiento, con personal entrenado, pudo evitar la propagación a los edificios inmediatos, siendo de aplaudir, por ello, la eficacia de los elementos modernos de extinción adquiridos recientemente, así como la disciplina del personal que tanto el Sr. Aparejador como el Capitán de la Compañía tienen a sus órdenes (…). Voz de Molina (…) agradece a los buenos molineses el auxilio que le prestan cooperando con lo que su voluntad y patriotismo les sugiere al engrandecimiento de la región molinesa, desarrollo cultural de los hijos del partido y gloria de la capital del antiguo Señorío de Molina, por cuyo buen nombre sacrifica lo poco que tiene y lo menos que vale”.